Te presentamos a los viejitos que ya están en casas de acogida definitivas y que han tenido la suerte de encontrar un hogar en el que les han brindado la oportunidad de conocer cariño, calor (de hogar y de familia), juegos, abrazos y tranquilidad. La tranquilidad de tener asegurada cama, comida y una mirada que les dice que les quieren y que les van a cuidar, que ya no tienen que preocuparse por su futuro, nunca más.
Puedes apadrinar a estos viejitos y ayudarnos así con el gasto que supone para ANAA su manutención, asistencia veterinaria y tratamientos, si fuese necesario.