
10 Nov La gran historia de amor de Gatasho
Posted at 17:40h
in Finales felices
No ha tenido una vida ni fácil ni bonita. Gatasho es sinónimo de superación, valentía y fortaleza.
Sospechamos que Gatasho tuvo un hogar, pero un fatídico día se cayó (esperamos) por una ventana. Unas buenas personas le recogieron de la calle con lesiones en las extremidades y en ANAA pasó por varias operaciones. A pesar del sufrimiento físico y emocional que ha debido de pasar, él siempre ha luchado por vivir, para poder amar y ser amado. Ha sido un gato muy bueno, sensible, mimoso y dulce. Adora a la gente y no duda en pedir caricias y hacerse de rogar para que uno solo pueda derretirse con él y quererlo toda la vida.
Con este carácter que desborda luz seguro que pensáis que cualquier familia se enamoró de él rápidamente, pero desgraciadamente no fue así. Gatasho ha pasado casi un año con nosotros, un año sin recibir el calor de un hogar que tanto anhelaba.
Pero por fin podemos decir que su suerte ha cambiado. Viajó a Alemania un diez de septiembre, y ahora sí puede gritar a los cuatro vientos que definitivamente tiene una familia que le quiere.
“Querido papi, querida mami,
Llevo 14 días viviendo con mi nueva familia. Los días pasan muy rápido y me he adaptado muy bien. Mientras tanto, me dan comida muy rica, pero no me gustan los “Deliciosos”.
Siempre me piden que coma cosas saludables que no me gustan. Si no dormimos todos, hacemos “Rambi-Zambi”, hago ejercicio todo el tiempo y siempre estoy allí cuando hay algo que hacer. Me gusta molestar a Lana, y después mi nueva mamá me regaña y me llama “bonito Bandito”. Además también corro con mamá y papá. Dicen que soy muy rudo y que me gusta mordisquear; si no puedo morder a mamá y papi, voy a morder a mi amigo Franzi.
Franzi a veces grita cuando jugamos para fortalecer nuestros músculos. Franzi es mi querido amigo, aún no se atreve a entrar en la sala de estar, pero también aprende bien y es cada vez más valiente. Siempre mira lo que hago, y luego Franzi hace lo mismo.
A veces cojeo con mi pierna y mamá me regaña porque siempre salto por encima y por debajo de todo, a pesar de que para mí hay unas escaleras adaptadas pequeñitas. Ya he llorado dos veces por ser tan bruto. Mamá dice que tengo que cuidarme y no puedo saltar tanto, pero es muy divertido. Soy un bandito y hago lo que me gusta.
Te enviaré unas fotos más para que veas lo bien que estoy.
Firmado: Bandito Gatasho.”