LA LEYENDA DE LAS GATAS CAREY

LA LEYENDA DE LAS GATAS CAREY

En ANAA nos encantan todos los gatos y gatitos que nos llegan y a todos les cogemos un gran cariño en cuanto les vemos. Existen algunos gatos, en este caso gatas, que en cuanto las vemos nos quedamos prendidos de ellas: por sus colores, por su carácter y por su personalidad. Las gatas carey son gatas de raza común pero con un pelaje muy característico que juega con los colores blanco, anaranjado y negro. En su gran mayoría se trata de gatas hembra ya que esta característica prácticamente nunca se manifiesta en machos.

 

Muchas veces los mitos callejeros suelen perjudicar a los animales ya que muchas supersticiones les atacan directamente. Sin embargo, existe una leyenda sobre el origen de las gatas carey que es, cuanto menos, interesante, bonita y carismática: como estas gatitas.

 

Cuenta la leyenda que hace muchos, muchos años el Sol, cansado de vivir siempre en el cielo, deseaba saber cómo era vivir en la Tierra, con las personas y animales. El Sol quería saber cómo era pasear por los prados, tumbarse en la arena de la playa, explorar algún bosque… deseaba poder bajar aunque solo fuera un día y poder vivir en aquello que él observaba siempre desde el cielo. Ansioso de poder cumplir su deseo, pidió a la Luna que le reemplazara por un día y ocupara su lugar en el centro del Universo. Su amiga accedió aunque solo permitió que el favor durara un momento.

 

De este modo, el Sol tuvo que elegir de entre todos los seres vivos que habitamos en la Tierra la mejor opción para poder disfrutar de su momento de gloria sin ser descubierto. De entre todos nosotros, el Sol tuvo clara su elección: una elegante y preciosa gata negra. Así, un día muy soleado de verano, la Luna se acercó al Sol hasta poder cubrirlo poco a poco. El Sol, en el cuerpo de la gatita negra, pudo cumplir su mayor sueño: recorrer y disfrutar de los rincones más bonitos de la Tierra. Tal fue la emoción y el disfrute del Sol que se olvidó completamente de la promesa que le había hecho a su amiga la Luna: que su estancia en la Tierra sería momentánea.

 

La Luna, harta de esperar al Sol y de ocupar su lugar en el cielo decidió abandonar su puesto y desaparecer muy lentamente. Cuando el Sol se percato de la marcha de la Luna tuvo que actuar con rapidez y dejar el cuerpo de la gata negra para volver a su puesto en el cielo. Tan rápida fue su marcha que dejó unos rayos de su hermosa luz en el pelaje de la gatita. De esta manera, la preciosa gatita negra quedó con un pelaje lleno de destellos de luz. A partir de ella, todas sus crías nacieron con rayitos de luz anaranjados y destellos dorados en su cuerpo. No obstante, el Sol dejaría también en la gatita negra y en su descendencia su sabiduría y magia.

 

Por desgracia, a ANAA llegan muchísimas gatitas carey a lo largo del año, tanto cachorritas como gatas adultas. Algunas de ellas tardan un montón en encontrar una familia que las quiera y, muchas veces, esto se debe a que no se ve la belleza que tienen ni en su hermoso pelaje ni en su interior. Son gatas maravillosas y con una personalidad muy marcada que harán deshacerse a las familias que las adopten. Ahora que has leído la maravillosa historia detrás de las gatitas carey, ¿podrás resistirte a ellas?