Ya está aquí la temida procesionaria

Ya está aquí la temida procesionaria

Aún a sabiendas de que en estos momentos hay más control sobre el paseo de nuestros perros, siendo éstos más breves y de un recorrido seguramente más acotado, es de importancia mencionar que es durante los meses de marzo y abril cuando las orugas bajan de sus nidos y forman las temidas hileras que, como curiosidad, irán siempre encabezadas por una hembra.

Ya sea en nuestro jardín, o en uno de los paseos, esta es justo la época en que son más peligrosas porque pueden proyectar al aire pelos urticantes si en algún momento detectan una amenaza y os aseguramos que el hocico de nuestro peludo es considerado como “gran amenaza”.

Los pelos urticantes se clavan en nuestro peludo y liberan una sustancia muy tóxica que provoca una grave irritación e inflamación. Si estos pelillos entran en contacto con la mucosa o con la lengua, se producirán heridas que pueden producir que la parte afectada se necrose y bloquear las vías respiratorias.

Algunos de los síntomas que podemos observar en nuestro perro son: hipersalivación, se le hincha la cara o los párpados, no puede cerrar la boca por la inflamación de la lengua, la lengua cambia de color (aparecerá morada o negra), agita la cabeza o se restriega por el suelo o entre nuestras piernas, presenta dificultad para respirar… Es el momento de salir corriendo a nuestro centro veterinario ya que cuanto antes sea atendido, más posibilidades tendrá de salir airoso de la situación. Podemos llamar a nuestro veterinario para informarle de lo que ha pasado y que esté preparado para nuestra llegada.

No obstante, hay algunas cosas que podemos hacer en el momento como separar al perro de la zona (en ocasiones con el nerviosismo y el susto el peque se restriega por el suelo y sigue teniendo contacto con las orugas) y lavar la zona afectada: lo ideal sería hacerlo con suero fisiológico pero como no es habitual llevarlo en el bolso, lo haremos con agua (templada o lo menos fría posible, ya que el calor disminuye la activad de la toxina). Tenemos que intentar que el agua arrastre los pelillos urticantes hacia el exterior de la boca o de la zona afectada y en ningún caso frotar la zona.

Si tu perro entra en contacto con la procesionaria o crees que ha podido hacerlo, debes actuar rápidamente. Es una auténtica urgencia veterinaria.

Si te surge cualquier duda, no dejes de 91 028 29 62 o cvanaa@anaaweb.org.

¡Y recuerda que el 100% de los beneficios del Centro Veterinario ANAA se destina a la Protección Animal!