Negro, ahora Tango y su nueva vida

Negro, ahora Tango y su nueva vida

La historia de Negro es la historia de un impresionante galgo azabache que enamoró a Miren, una colaboradora de ANAA. Negro ya llevaba en la protectora tres años, hasta que Miren decidió ayudarle siendo su casa de acogida… A los tres meses ella y su familia lo adoptaron con el nombre de Tango.

Atrás quedó el Negro “locuelo” que saltaba sobre nosotros cada vez que entrábamos a verle.  Ahora es un perro relajado y feliz, con un aura de cariño que ha decidido compartir generosamente con los que más lo necesitan. Ésta es ahora la vida de Negro, que nos narra su familia:

“Desde el primer día que llegó, demostró ser un perro muy alegre y cariñoso, pero con mucho instinto de caza y una clara personalidad. No sabemos con certeza el por qué, pero con perros que le invadían su espacio se mostraba indeciso, por lo que le costaba socializarse. Algunos voluntarios, con mucho amor y paciencia, le enseñaron que no debía de asustarse y entendimos que si lo sabes comprender y le das una buena ración de mimos puede ser un bombón, es super cariñoso.

Soy especialista en Intervenciones Asistidas con Animales y Entrenadora de Perros de Terapia y tengo la suerte de poder trabajar con el mejor compañero canino del mundo, Tango. Nos hemos formado juntos y aún seguimos aprendiendo. En residencias y centros de día, Tango es el elemento motivador para sacarles una sonrisa. También trabajamos con personas con discapacidades físicas, mentales y otros colectivos.

Alguien me dijo una vez, que debía de sentirme bien por haberle dado una segunda oportunidad a Tango, un perro adulto, por adoptarle, pero yo a veces me digo ¿quién adoptó a quién?

Gracias Tango por haber cambiado mi mundo y a ANAA por hacerlo posible. GRACIAS.