No compres animales. No son juguetes, son seres sintientes. Un compromiso para siempre que necesitará de ti. Adopta.
Durante estas fechas, los animales se convierten en objeto de regalo. Se sucumbe a esa bolita de pelo adorable detrás de la vitrina, una influencer ha tenido muchos likes con la foto del mini pig o en la carta a los reyes magos se ha incluido un conejo.
El vendedor lo facilitará todo. Mil y un divertidos accesorios de dudosa utilidad, jaulas como casitas de muñecas que serán la cárcel del animal y parcial información sobre cuidados y origen. El resultado son animales que, meses más tarde, engrosarán la lista de abandonos. Si a esto le unimos la lejana procedencia de muchos de ellos, la explotación a la que someten a las hembras y la escasa o nula atención veterinaria que reciben, el coste del regalo, son sus vidas.
Aumentar tu familia con un animal tiene que ser una decisión meditada y consensuada. Sus cuidados, una labor diaria y sus visitas al veterinario, obligadas.
Infórmate de todo lo que el animal necesita y asegúrate de que vas a poder dárselo. Si finalmente te has decidido, no patrocines la venta y explotación de animales comprando uno. Adopta en una protectora y salva la vida de dos animales, el que adoptas y el que ocupará su lugar.