Ser Voluntaria de ANAA

Ser Voluntaria de ANAA

¡Hola! soy Elena Alonso, este año ha sido especial. Al igual que para todos vosotros el COVID cambio mi vida. Me obligó a quedarme en mi pueblo y dejé de ir al Centro Ocupacional, donde tenía mis amigos, mi espacio, mis tareas… Donde me sentía útil y querida.

Aunque en casa estoy muy bien y hago muchas cosas, me encantó descubrir ANAA, un espacio donde sigo siendo yo, conozco gente y ayudo a los demás.

Desde el principio me acogieron con mucho cariño y me trataron como uno más, en ningún momento vieron la discapacidad intelectual, sino mis capacidades.

En ANAA hago muchas tareas, que me han ido enseñando poco a poco:

  • Destruir papel.
  • Poner lavadoras y secadoras.
  • Preparar sobres con documentación.
  • Envolver medicación cuando se van de viaja a Alemania.
  • Lavar trasportines.
  • Socializar perros y gatos, siempre en compañía de otra voluntaria, Vanesa, de la que aprendo como se hace.
  • También he aprendido a moverme sola por las instalaciones, se dónde está todo: el almacén, el espacio de papel reciclado, los trasportines, el pienso, el veterinario…  además tengo mucho cuidado con algunas cosas que me han dicho,  como: cerrar siempre la puerta, desinfectarme los pies antes de entrar, hay perros que tienen alergias y no puedo darle cualquier chuche.

Me encanta ser voluntaria en ANAA, puedo ayudar mucho a los animales y vuelvo a tener un espacio donde sentirme útil y querida.


¡Hola! Yo soy Ruth, trabajo en la Fundación Aprocor, desde hace años apoyamos personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, para que puedan vivir su vida de la manera que ellos decidan.

En el caso de Elena ha sido fácil, pues vivía en el mismo pueblo que yo; al llegar el COVID que mejor momento que apoyar a las personas en su entorno natural. Desde Aprocor consideramos que el apoyo comunitario es una oportunidad de contribución a la sociedad, más allá de la inclusión y está alineado con los modelos actuales de discapacidad.

A Elena le gustan mucho los perros y tuvimos la suerte de descubrir ANAA, una protectora donde no solo proporcionan un buen entorno para los animales, sino también para nosotras, donde nos han permitido ser uno más y de manera natural han apoyado perfectamente a Elena en sus necesidades.

Fue muy fácil que ANAA y la Fundación Aprocor pudieran colaborar juntos, pues el crecimiento es mutuo. Ahora mismo Elena va todos los viernes a realizar su voluntariado, en el que se encuentra super a gusto.  Más adelante intentaremos que personas con TEA (trastorno del espectro autista) puedan hacer lo mismo.

Así que os volveremos a contar.

Antes de despedirnos Elena y yo queremos agradecer a ANAA esta oportunidad.

ANAA y Fundación APROCOR