De tímida Timanda a guerrera Vilma

De tímida Timanda a guerrera Vilma

Timanda es un ejemplo de superación, de búsqueda de la felicidad y de ganas de vivir. Esta es la historia de cómo venció sus miedos para convertirse en una guerrera.

Llegó a ANAA junto a otros perros pastores de un desalojo. Era el fiel reflejo de lo que el maltrato puede llegar a hacer en un animal. La primera vez que la que ahora es su familia se acercó a acariciarla, se hizo pis encima. Timanda llevaba el miedo por bandera y cuando veía a una persona acercarse, se quedaba petrificada en una esquina. Podías acariciarla, pero su mirada decía “que esto pase pronto”. Carmen, su adoptante nos cuenta como cada semana iba a verla ganándose poco a poco su confianza. Con caricias, premios y palabras amables llegó el día en que esta pastora se dejó poner el arnés. Era el momento de aprender a pasear juntas. Los paseos fueron breves en un comienzo, aún estaba en ANAA y para ella cualquier olor o sonido nuevo era algo a lo que no sabía como enfrentarse, el saber que Carmen estaba al otro lado de la correa le daba la confianza que necesitaba y paso a paso fue venciendo sus miedos.

Entrar en el chenil de Timanda y poder por fin acariciarla fue una sensación increíble. Darle todo el amor que jamás había recibido, maravilloso. Enamorarse de ella, inevitable.

Lo mismo pensaron Carmen y su familia, que hicieron de su historia un final feliz adoptándola. Ahora se llama Vilma. Vive con Telma, una perrita sorda y ciega a la que ayuda a desenvolverse en su día a día y Alfredo, un locuelo al que le encanta compartir los juguetes con ella. Se acerca a saludar moviendo el rabo y en horas de trabajo en casa, no se separa del lado de su familia. Los paseos por la calle aún están llenos de nuevos estímulos que aún la sorprenden, pero ella es una guerrera y vencerá en todo aquello que la vida le depare.