Apa: cuando las heridas cicatrizan

Apa: cuando las heridas cicatrizan

A veces las heridas se llevan en la piel y el alma. Este es el final feliz de Apa. Una valiente perrita que conquistó la vida.

Abril del 2020. Un chico conduce por la carrera y se cruza con un bulto negro que parece ser un perro. Al momento se detiene para ayudar y apenas puede creer lo que está viendo. Una perrita moribunda, llena de heridas, con una mirada sin vida. No se lo piensa dos veces y pide ayuda. Entra en ANAA con el nombre de Apa.

La atención veterinaria fue inmediata. Sarna y leishmaniosis se tradujeron en una semana de hospitalización. Apa tenía muchas carencias y heridas abiertas, pero la más profunda la llevaba dentro. La habían abandonado a su suerte y era necesario que recuperara la confianza. Su casa de acogida se esforzaba cada día, no fue fácil con el confinamiento, pero ellos estaban decididos a devolverle la vida de nuevo. Con pequeños paseos diarios, curas y mucho amor sus ojos fueron recuperando el brillo. Y fue ese brillo el que enamoró a la que ahora es su familia definitiva. Apa ya es feliz. Las fotos hablan por si solas y el agradecimiento es infinito a todos los que han formado parte de este camino a su felicidad.

Nunca sabremos cuanto tiempo pasó abandonada en la carretera hasta que un chico la rescató. Pero si tenemos la certeza de que ahora es querida en una familia. Gracias a todos aquellos que hacen de este mundo un lugar mejor, no mirando hacia otro lado.